domingo, 12 de octubre de 2014

Máster en novela gráfica


 Ya sé que tengo un poco abandonado el blog, aún tengo que terminar la serie de trabajos del 2013 que la tengo parada desde hace ni sé sabe pero tengo una noticia muy importante que dar: Voy a ser el profesor de los módulos de tipografía y rotulación del Máster en Novela Gráfica que se va a hacer en Madrid este próximo 2015.
Como podéis ver en la página web del master la nómina de profesores es tan apabullantemente buena que me siento muy pequeño en comparación… ¡Pero qué carajo! Algo tengo que estar haciendo bien para yo haya sido el elegido para impartir las clases que están relacionadas con la letra en el cómic, ese aspecto que, desgraciadamente muchos autores no saben tratar adecuadamente.
A todos aquellos que os interese, no lo dudéis que hasta este miércoles 15 de octubre podéis conseguir condiciones de financiación ventajosas.

Aunque ya he enlazado dos veces la página del máster os paso los datos de contacto:

Teléfonos:
+34 91 206 17 10
+34 91 206 17 11

Mail:
ino@masternovelagrafica.es



¡Ah! Y podéis estar seguros que siendo yo el que se encargue del módulo de tipografía no voy a hablar de gente como Aldo Manucio, William Morris o Jan Tschichold que para eso ya daré bibliografía, y no solo la página de Unos tipos duros.

miércoles, 29 de enero de 2014

Cosas del 2013 - Tebeos de Enrique Vegas - Dolmen

Aunque hace bastante tiempo que le pongo los textos a los tebeos de Enrique Vegas no había hablado de ello nunca por aquí. El primer tebeo suyo que rotulé fue Soy Leyendón parodia de la película Soy Leyenda protagonizado por Will Smith. Desde entonces he rotulado todos los tebeos de Vegas que ha publicado Dolmen. Como esta entrada corresponde a los trabajos del 2013 solo hablaré de ellos pero prácticamente todo lo que diga se puede aplicar a cualquiera de los trabajos anteriores.

En 2013 maqueté y rotulé:

Los cabezones de las galaxias: las guerras cabezón


El cabezón de acero



El cabezón de acero II







Cuando tengo que rotular algo para Enrique el proceso siempre es el mismo, recibo los tiff con los dibujos, el guión gráfico donde se muestra el texto a introducir y el orden del mismo y un documento de texto con todos los diálogos ya picados. Ya con este material introduzco las imágenes en el programa de maquetación. Una vez ahí y usando siempre el guión gráfico como referencia voy incluyendo los textos siguiendo los estilos que hemos ido delimitando a lo largo de todos los trabajos anteriores. 

Como veis se trata de un trabajo sencillo pero que, como todos, hay que hacer con cuidado. No vale meter el texto sin más en el bocadillo, hay que componerlo bien y que quede bonito. Quizá se trata de rotulaciones más sencillas de las que suelo hablar aquí pero, oye, mi trabajo me cuestan y también estoy orgulloso de ponerle voz a las historietas de cabezones del gran Enrique y mi novia, gran fan de Vegas, siempre espera con ilusión el siguiente tebeo de cabezones. 

Además, si tenéis hijos, sobrinos o simplemente amigos con churumbeles son perfectos para regalar y que las nuevas generaciones se aficionen a los tebeos.

lunes, 27 de enero de 2014

Cosas del 2013 - Dibbuks - 2

Como ya comenté en la última entrada iba a seguir dando un repaso a los tebeos que hice para Dibbuks en el 2013, vamos a ello pues.

La marcha del cangrejo T3. La revolución de los cangrejos


Con este tomo termina Arthur de Pins la historia de los cangrejos que aprendieron a girar. El tercer de tres tomos muy recomendables y que ya estaba leyendo antes de que recayera en mi la responsabilidad de rotular el tercer volumen de la serie.

Arthur de Pins no oculta que dibuja vectorialmente y a mí realmente me alucina su capacidad de dibujar cualquier cosa y que, a pesar de ser vectorial, tenga «cuerpo» y «presencia». En los tres tomos de los cangrejos se puede ver esa capacidad innumerables veces con el dibujo de los seres del fondo marino. De nuevo venía este tomo con una tipografía; Tessarac estudios, los encargados de rotular los dos tomos anteriores, la habían modificado para que tuviera las tildes, o sea que trabajo que me ahorraba. Lo interesante de este trabajo es que para maquetarlo me mandaron los archivos Illustrator con todas sus capas y todos sus objetos, una oportunidad única para meterte hasta las tripas del modo de trabajo de un dibujante tan especial como De Pins. Y como aquí hablo de rotulación voy a hablar de esas tripas aplicadas a la rotulación.

Una manera más sencilla y rápida de enfrentarme a la traducción de los gritos, que a priori parecía que no estaban rotulados con tipo sino a mano, o de los elementos de fondo habría sido convertir el archivo vectorial a uno bitmap y trabajar con Photoshop; pero quería intentar ser lo más fiel posible a como el autor había hecho su obra con lo que decidí hacerlo todo en Illustrator. Me arrepentí de esto solo en una página de todo el libro pero de la que no voy a poner imágenes por ser un spoiler de padre y muy señor mío.

Pequeña muestra comparativa entre los textos originales y los castellanos.
Como he dicho antes los gritos parecían rotulados a mano escritos directamente desde Illustrator, por lo que utilicé diferentes técnicas:
- El puzzle: ir seleccionando letras del original para formar el texto en castellano.
- El pincel: hacer un pincel en Illustrator que simulara la forma del trazo.
- Los contornos simplificados:  esta es de la que más contento estoy. Me di cuenta de que De Pins rotulaba a veces los gritos con una tipo, luego pasaba a vectores el texto y lo "simplificaba" eliminando puntos de curva y el resultado era el que usaba en el dibujo. Lo mejor de mi deducción no es que el texto quedara bastante parecido al original sino que además Arthur De Pins confirmó mis deducciones cuando hablé con él en el Expocómic de este pasado diciembre.
Falta una última técnica que no llegué a deducir pero que me explicó De Pins en la misma conversación, ponía el texto con dos tipos diferentes, por poner un ejemplo una arial y una comic sans, y hacía un morphing entre ellas y cogía el resultado intermedio que más le gustara.

Quedé muy satisfecho del resultado final, siempre hay algún texto con el que te quedas diciendo: "podría haber quedado mejor" pero en general creo que quedó muy, muy bien.

Así calló Zaratustra


Tengo que reconocer no conocía a Nicolas Wild antes de tener que rotular este tebeo y la verdad ahora tengo que buscar su Kabul Disco. Este tebeo/novela gráfica es una especie de reportaje periodístico en primera persona sobre Irán y la situación del Zoroastrismo en la región. El zoroastrismo es una de las religiones más antiguas del mundo y, posiblemente, la primera monoteísta. Si las influencias de Joe Sacco, el otro gran periodista en viñetas, están más cercanas al underground  y a Crumb las de Nicolas Wild son más propias de la linea clara y de Hergé.

Ahora vamos a lo que toca, este encargo es posiblemente el más sencillo de los que he hablado hasta ahora, venía con tipografía y no había casi ningún bocadillo así especial y no hubo que cambiar más que dos elementos de escenografía, de no ser por unas cuantas páginas en las que un personaje, la  mujer de la portada, cantaba no habría tenido casi nada que contar de rotulación. Los bocadillos de esa canción estaban rotulados a mano con una caligrafía muy particular. Al tener la fecha de entrega cercana busqué una tipografía que pudiera funcionar, al no encontrar ninguna usé la que creé para rotular el Charanga de Aude Picualt estirándola mucho en vertical e inclinándola unos cuantos grados en la dirección contraria a las agujas del reloj. Al principio el resultado parecía quedar bien, pero cuanto más lo miraba más lo odiaba. Y ya con el tebeo entregado y en fase de correcciones me eché la manta a la cabeza y me dije «esto hay que hacerlo a mano, sí o sí». Así que me cogí el Photoshop, la paleta gráfica, me hice un par de pinceles y me puse a imitar lenta y cuidadosamente la rotulación original de esas páginas. Eso sí, había una palabra que se repetía muchas veces y que no tenía por que cambiar del francés original con lo que la dejé tal cual siempre que pude.
A la izquierda en francés y a la derecha el resultado en castellano.
No pongo la versión con tipografía porque me da vergüenza ahora ^_^U
Y hasta aquí la segunda entrada sobre Dibbuks en el 2013. Próxima parada El despertar del Zélfiro y el segundo tomo de Marieta.

viernes, 24 de enero de 2014

Cosas del 2013 - Dibbuks - 1

A finales del 2012 la editorial Dibbuks me encargó unos catálogos, fue la primera colaboración de lo que se ha convertido en una colaboración habitual. Voy a escribir serie de entradas en las que iré mostrando todos los tebeos que he rotulado para ellos. Y la verdad, no podía haber empezado mejor:

Freaks Squeele 4. Súcubo Pizza



El primer tebeo que les rotulé fue la cuarta entrega de la grandísima Freaks Squeele del francés Florent Maudoux. Se trata de tebeos de aventuras frescos, divertidos, muy bien dibujados y tremendamente dinámicos. Una gozada, vamos.

Tuve que adaptar los carteles y otros elementos del fondo
Algunos bocadillos pedían a gritos rotulación manual

A nivel de rotulación es más sencillo que otros encargos, ya venía con las tipos de Francia, pero tenía había que modificar muchos elementos del fondo para adaptarlos al castellano y algunos bocadillos pedían a gritos una rotulación manual.

El mono de Hartlepool


Cuando vi las imágenes de este tebeo ir apareciendo en mi carpeta DROPBOX casi me da un pasmo del gusto. ¡Qué dibujo, señores!

Esta obra toma una leyenda/hecho real ocurrida durante las guerras napoleónicas en Hartlepool, un pueblo costero inglés, para contar una historia contra la barbarie de la ignorancia y los nacionalismos. Realmente recomendable.

En este trabajo también contaba con una tipo pero tenía algunos problemillas, la "A" no tenía hueco central, con lo que la modifiqué ligeramente. Pero de nuevo lo interesante de este trabajo eran los bocadillos que el autor había rotulado a mano. En este caso, al haber utilizado un pincel cargado de tinta y utilizado un trazo muy sucio se hacía casi imposible que el rotulado manual mantuviera la misma sensación, se imponía el Photoshop como mejor herramienta de trabajo para recrear lo más fielmente posible el estilo.


Comparación entre el resultado de la adaptación con Photoshop y los bocadillos originales.

Y hasta aquí la primera entrada de esta serie. El próximo capítulo hablaré de La marcha del cangrejo 3. La revolución de los cangrejos y de Así calló Zaratustra.




miércoles, 22 de enero de 2014

Cosas del 2013: Johan y Pirluit — Dolmen

A mitad de 2013 apareció el primer tomo, que en realidad es el cuarto, de la colección de integrales que Dolmen Editorial está publicando de los geniales Johan y Pirluit de Peyo. Colección en la que yo tengo mucho que decir dado que soy el encargado de la rotulación al castellano.
Portadilla interior, y portada original, de La guerra de las 7 fuentes, 10 álbum de Johan y Pirluit
Como suelo hacer cuando el trabajo lo permite, y en este caso además de permitirlo era imprescindible, hice una tipografía basada en la rotulación original de Peyo. El objetivo era conseguir que pareciera que era el mismo Peyo el que había rotulado la edición castellana.
Comparación entre la rotulación española (arriba) y la original en francés (abajo)
Como ya es habitual en mis trabajos tipográficos para cómic hice variantes, en este caso hasta cuatro, de cada letra para conseguir tener esa sensación de caligrafía que considero imprescindible cuando reproduces una rotulación manual.
Comparativa entre la versión original y la castellana en esta complicada página de El anillo de los Castellac
El objetivo de la editorial es publicar todo el material de Johan y Pirluit en la colección de integrales, que por cierto tienen unos extras de grandísima calidad con extensos artículos y material inédito en castellano. En el momento de escribir esto está a punto de salir a la venta el tomo con La flauta de los pitufos… esto, perdonen ustedes, con La flauta de seis pitufos, por primera vez se respeta el título original en la traducción española, el debut de los famosísimos pitufos.

Espero que le echen un ojo a los tomos, les convenzan y que se los lleven a casa, merecen mucho la pena. Y no lo digo solo como parte interesada, que conste, es que son buenos de verdad.


lunes, 20 de enero de 2014

Aparezco en «La hora del bocadillo» de Radio3

Pues eso mismo, que este pasado sábado 18 de enero, se emitió la entrevista que mi hicieron sobre tipografía y rotulación en La hora del bocadillo, el programa sobre cómic de Radio3.
Desde aquí aprovecho para pedir perdón a Sandro Mena… ¡Se me olvidó comentar las rotulaciones que he hecho para los estupendos cómics que publica en Ninth Ediciones!
Aquí lo pongo para que lo oigáis, si queréis claro. Para los más impacientes, aparezco sobre el minuto 45.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Pequeña e incompleta historia del cómic a través de la rotulación

Bueno, como saben, me dedico, entre otras cosas, a rotular tebeos y para eso uso todas las herramientas que tengo en mi poder gracias a los ordenadores, aunque si la ocasión lo requiere también rotulo manualmente. Hace poco hice un artículo para la web Don Serifa sobre las posibilidades, normalmente inexploradas, de las tipografías con programación OpenType implementada. Ese artículo tenía originalmente bastante contexto histórico, tanto que al final la base del artículo, la programación OpenType, perdía el protagonismo que tenía que tener, por lo que apliqué las tijeras y adiós muy buenas a todo ese texto. Pero creo que es una pena perder todo ese contexto histórico y he decidido aprovecharlo para esta entrada del blog. 

Eso sí, antes tengo que avisar que información específica sobre rotulación hay muy poca y hay que entresacarla con dificultad. Cualquier imprecisión o error que pueda cometer agradeceré que se me corrija en los comentarios.

Empecemos pues.


Página con los "primeros bocadillos" del cómic
Desde el nacimiento del cómic como medio industrial a mediados del siglo xix la letra escrita ha resultado parte importante de este arte, Rodolphe Töppffer ya incluía textos en sus cómics, pero separados del dibujo, texto y dibujo eran como agua y aceite. Todavía habría que esperar hasta febrero de 1896 para encontrar el, según los estadounidenses, primer bocadillo del cómic en una plancha de Yellow Kid. Desde entonces han sido pocos los tebeos que han prescindido de este “invento desesperado” que parece conseguir lo imposible: que un arte visual muestre los sonidos. En este supuesto primer bocadillo ya encontramos la norma de que el texto se rotule en una constante caja alta. La razón de esta preferencia por las mayúsculas se debería a que esto permite una mayor rapidez al escribir sin perjudicar la legibilidad del texto al tiempo que facilita una menor interlinea sin que las ascendentes y descendentes choquen, lo que también ayuda a poder meter gran cantidad de texto en poco espacio. 

Ejemplo de la descuidada rotulación
 de Windsor McCay
De los cómics de estos primeros tiempos, publicados mayoritariamente en los periódicos, sorprende el contraste entre un gran virtuosismo en el dibujo y la narrativa de algunos autores con la rotulación extremadamente pobre y descuidada de la que hacían gala. Un ejemplo muy claro de esto lo podemos ver en Windsor McCay y su Little Nemo in Slumberland. George Herriman en Krazy Kat tampoco parece cuidar especialmente la rotulación pero en este caso es ilusorio porque acompaña perfectamente al estilo de dibujo.. 

En Estados Unidos la creciente popularización de las funny pages de los periódicos y la aparición del formato comics-book aumenta la demanda de material y empiezan a formarse los primeros estudios. Estos, para aumentar la producción, se convirtieron en una cadena de montaje donde tenías a un abocetador/dibujante, a un entintandor, un colorista y a un rotulista; este último encargado de introducir los títulos, logotipos, onomatopeyas, bocadillos y texto en el dibujo. Esta manera de trabajar acabó dando forma al comic mainstream americano donde cada faceta del proceso creativo está compartimentada y a su vez creó una manera de rotular estándar donde pocas veces se salía el rotulista de unos cánones preestablecidos en lo que lo más importante era la consistencia de las letras y su uniformicidad.

Mientras en el mercado franco-belga las revistas infantiles marcan otro camino para el medio. En este caso los dibujantes se suelen ocupar de todo el proceso aunque a veces se organizan en estudios donde colaboran pero sin esa mentalidad de trabajo en cadena americana. En algunos casos, si el autor es muy exitoso, acaba formando un estudio de gente que trabaja para él o contratando colaboradores. Por ejemplo, Uderzo era daltónico y no coloreaba sus planchas y Hergé creó su estudio cuando estaba dibujando las aventuras de Tintín en la Luna para ayudarle en el dibujo de los fondos y el color. Esto provoca que aunque haya muchas manos para producir cada historia sí que hay un autor consciente de todo el proceso cuidando de que todo siga una dirección clara, lo que también afecta a la rotulación. Aunque hay una serie de lineas comunes por las que se puede identificar una caligrafía “europea”, cada autor acaba teniendo una rotulación propia que hace muy fácil identificar algo de Franqlin o Peyo solo por los textos, sin necesidad de ver los dibujos.   

El sistema de rotulación Leroy con el se rotulaban los cómics de la EC
Volviendo a los Estados Unidos, en los años 40 y 50 la editorial EC, entre otras, cogió la costumbre de rotular los cómics con el sistema de rotulación Leroy, el mismo con el que se incluían los textos en los planos de arquitectos e ingenieros, y que consistía en una plantillas metálicas con las letras y un “ingenio mecánico” que las escribía. Esto garantizaba una consistencia en la rotulación a la vez que aumentaba la velocidad del rotulista. Desgraciadamente el resultado mostraba casi siempre un divorcio entre el dibujo y el texto.

La aparición de la censura por la histeria anti-cómic de los 50 hace que la EC busque nuevos campos alejados de los géneros de terror y criminal y empieza a publicar el MAD, al principio en formato comic-book pero después de 6 números lo empieza a publicar como revista para escapar del comics-code, la oficina de censura. Esto puede parecer trivial pero esta revista abrió el camino para la siguiente gran revolución: los cómics underground. Estos se vendían principalmente en las tiendas relacionadas con la contracultura y el movimiento hippie. En este tipo de cómic era fundamental la expresión personal por lo que al final hubo tantos tipos de rotulación como autores. Tenemos casos como el de Robert Crumb que sobresale en todo lo que hace, tanto dibujo como rotulación, y otros casos en los que, a pesar de haber conseguido cierto renombre, nunca pasan de un nivel amateur, como Spain Rodríguez. Esta manera de hacer cómic tiene una gran influencia en Europa, en España la revista «El Víbora» es una clara heredera, y empezamos a encontrarnos autores con grandes personalidades propias tanto dentro de lo comercial como en los márgenes de lo alternativo, cosa que evidentemente se ve reflejada en las rotulaciones. También debemos al underground el que Will Eisner dejara su retiro y volviera a publicar cómics, y de paso populariza el término novela gráfica y mostrara las grandes capacidades expresivas de la rotulación en Contrato con Dios.

Sandman y Delirio con
sus característicos bocadillos
Sin embargo a los tebeos de superhéroes, género mayoritario del mainstream americano, no les afecta esta corriente y siguen con su estilo relativamente uniforme. Pero llegan los 90 y con ellos dos elementos que harán cambiar la manera de rotular. El primero, la publicación de Sandman de Neil Gaiman. Esta serie de cómics para Vertigo, un subsello de la DC, sufrió un constante baile de dibujantes pero contó siempre con el mismo rotulista, Todd Klein. Gaiman pidió a Klein que cada uno de los Eternos, personajes cuasidivinos, hablaran con un estilo distintivo tanto en la forma del bocadillo como en la tipografía elegida. No es algo que no se hubiera hecho antes, pero posiblemente es la vez en la que más y mejor se utilizó este recurso. Esto marcó que en los tebeos actuales de la Marvel nos encontremos con que si habla, por ejemplo, Iron Man su bocadillo tenga una forma y una tipografía que recuerde algo cibernético y que si habla Thor lo haga con una tipografía pseudo-uncial para remarcar su origen divino. 

La otra gran revolución fue la incorporación de los ordenadores al proceso de producción. Al principio su uso se vio con bastantes reticencias pero la irrupción de Image Comics y el que contrataran a base de talonario a los mejores profesionales hizo que tanto Marvel y DC se encontraran en una necesidad imperiosa de contratar gente nueva para poder sacar sus títulos. En este momento irrumpen Richard Sarking y John Roshell con su estudio de rotulación y fundición tipográfica Comicraft. Gracias a la capacidad de producción que le dio el uso de sus propias tipografías digitales se hicieron un hueco en la industria que se vio refrendado con el premio Eisner a mejor rotulación por su trabajo en la serie AstroCity, una especie de tebeo de autor de superhéroes de Kurt Busiek y Brent Anderson. Desde entonces la norma en el mercado norteamericano mainstream ha sido la de ir rotulando cada vez más con el ordenador en detrimento de la rotulación manual.

Dentro de lo que ahora se llama comics alternativos, una etiqueta que mezclaría a los herederos del underground y a aquellos que quieren hacer tebeos que no sean necesariamente de superhéroes, encontramos tantas acercamientos a la rotulación como autores. Aquellos que buscan una voz más propia y expresiva acaban rotulando a mano sus obras mientras que aquellos cuya influencia está más cercana al mainstream o el manga acaban usando tipografías digitales, normalmente de la propia Comicraft o de algún otro rotulista que haya puesto sus letras en Internet.

En Europa cada vez se usan más tipografías digitales pero suelen ser estar basadas en la propia escritura del autor o con una selección muy consciente para que acompañe adecuadamente al grafismo. Pero también nos encontramos muchos autores que no renuncian a rotular a mano sus propias páginas, incluso usando la caligrafía descuidada del día a día, aunque a veces sea ilegible, como ha hecho Sfar en alguno de sus comics. En el mercado franco-belga todavía nos encontramos con editoriales como Dupois que tienen en plantilla a rotulistas manuales que tienen un estilo tremendamente legible pero que evitan esa regularidad y “perfección” propia del mercado americano.

Otro cambio que ha ido ocurriendo desde los años 1990 es que cada vez en más obras nos encontramos con una rotulación en caja baja en detrimento de la caja alta. De un capricho ocasional, de una elección de unos escasos autores, con Hergé a la cabeza, ahora nos encontramos las minúsculas cada vez con mayor frecuencia, incluso en tebeos de la Marvel.

Un minúsculo repaso por España


En España seguimos un camino intermedio entre los Estados Unidos y el mercado francobelga. A pesar de que durante mucho tiempo en España había una gran producción propia muchos dibujantes españoles han trabajado principalmente para el extranjero con lo que las páginas ya las rotulaban en el país de destino del encargo. Muchas de las historias de la Warren, editorial que publicaba el Creepy, están dibujadas desde Barcelona, como cualquiera puede descubrir leyendo Los profesionales de Carlos Giménez. Y en la actualidad hay un gran número de dibujantes españoles trabajando directamente para el mercado francés o dibujando superhéroes para los americanos. En la editorial Bruguera en determinado momento se decidió que para ahorrar tiempo o trabajo a los dibujantes se rotularía mecánicamente y nos encontramos como grandes dibujantes como RAF, Vázquez o Ibáñez han tenido durante décadas unas rotulaciones completamente desastrosas. 

Pero lo normal, al no permitir el mercado español un sistema como el americano o de estudios como el francés, es que cada dibujante se haga su propia rotulación, tanto en proyectos personales como comerciales. Como digo esto no es siempre así, recientemente rotulé con el sistema americano, incluyendo los bocadillos y bloques de texto además del texto, RCD Mallorca, 16 años de primera, y, aunque no lo puedo asegurar, creo que la mayoría de tebeos de encargo de deportistas estilo Benditos Malvados o Héroes de la Masía se hacen de la misma manera.

También en España la rotulación digital se ha impuesto y lo normal es que los autores elijan una tipografía para rotular su cómic, muchas veces poco apropiada para el estilo de dibujo. Aún así tenemos dibujantes que se rotulan magistralmente como Max o Manel Fontdevila, 

Y hasta aquí la pequeña historia, es, como ya dije, tremendamente incompleta. Es un tema del que desgraciadamente casi nunca se trata en los comentarios y las críticas de los cómics a excepción de cuando es desastrosa. Desde luego que comparada con el dibujo puede parecer que pierde lustre pero es que la rotulación es DIBUJO, es parte de la narrativa y desgraciadamente es la gran olvidada. Lo malo es que a veces los primeros en olvidarse de su importancia son los propios profesionales: muchos dibujantes creen que con una tipografía de las gratuitas es bastante porque ellos no son capaces de escribir tan bien, además de que su formación normalmente carece de bases de caligrafía o composición de textos; muchos editores, ya sea por falta de presupuesto o falta de interés, no se preocupan de que sus ediciones de material extranjero tengan la apariencia adecuada; y muchos diseñadores no se consideran rotulistas, más bien maquetistas y no son conscientes de lo importante de su labor como “falsificadores de la obra original”.